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Visión y DHA

El DHA o Ácido Docosahexaenoico es un ácido graso Omega-3 de origen marino clave en la salud visual. El 22,3% de los lípidos en retina periférica y el 1% en mácula son DHA. Los expertos consideran que para mantener una función visual y cerebral normal es necesario una dosis mínima de 250 mg. de DHA/día, ya que un 55% de la grasa insaturada de la mácula es DHA.

Los antioxidantes y el Zinc reducen el riesgo de progresión de DMAE o degeneración macular asociada a la edad, incipiente. El mayor consumo de pescado, de DHA y de luteína, zeaxantina también tienen este efecto positivo.

En casos de retinopatia diabética: Los antioxidantes permiten retrasar la fase proliferativa de la retinopatia diabética tipo 2.

El DHA modifica la fluidez en las grasas, mejora la estabilidad del lagrimal y reduce la inflamación en personas con el ojo seco. El DHA mejora la calidad de la película lacrimal y contribuye a acelerar la regeneración de la cornea por ejemplo el moldeo corneal por uso y abuso de las lentes, traumatismos, operación con láser, etc. Es también capaz de reducir la producción de importantes citoquinas pro-inflamatorias presentes en procesos inflamatorios de retina u ojo seco.

Las investigaciones señalan al estrés oxidativo como posible causa a la obstrucción al drenaje del humor acuoso y de la elevación de la presión ocular.

El DHA es necesario para la regeneración de la rodoposina en el proceso de fototransducción, además es un nutriente esencial para mantener la integridad del Epitelio Retiniano Pigmentario.

Es interesante saber que el DHA induce un aumento de los niveles del antioxidante glutatión, además de generar unas sustancias derivadas de su oxidación enzimática con un alto poder antiinflamatorio y regenerador, tanto a nivel de retina como de superficie del ojo.