La Estimulación Ambiental Mejora la Capacidad Intelectual en Personas con Down

La variabilidad es una característica común en todas las personas con disminución del nivel intelectual. Según los investigadores cada vez parece más claro que además de la dotación genética de cada persona, las influencias de su entorno contribuyen a determinar el nivel de intelectual que alcanzará. 

La estimulación ambiental en las personas con síndrome de Down busca conseguir que cada individuo logre el mejor nivel de competencia posible aprovechando la neuroplasticidad.

El ambiente es capaz de modificar la función y la estructura del cerebro especialmente en las primeras etapas de la vida, se requiere estimulación del entorno para producir y desarrollar conexiones adecuadas.

Una estimulación inadecuada puede ser perjudicial tanto si es excesiva como si es por defecto.

La investigadora Mara Dierssen del Centro de Regulación Genómica de Barcelona está llevando a cabo un investigación que ha llevado a determinar el impacto del exceso de la dosis del gen Dyrk1A, uno de los ingredientes principales para explicar las alteraciones cognitivas durante el desarrollo y la neurodegeneración asociada a la edad.

Los investigadores están diseñando nuevas estrategias terapéuticas para normalizar la actividad de el gen y potenciar la plasticidad cerebral.

Según la profesora Dierssen, el entorno, el donde vivimos puede modificar nuestra estructura cerebral, el como y cuando se regula la expresión genética que no solo qué genes tenemos, esto significa que se puede actuar sobre el cerebro, es decir el comportamiento influye en como se expresan los genes.

Antes se tenía aisladas o institucionalizadas a las personas con síndrome de Down en ambientes empobrecidos, a medida que se enriquece el ambiente en el que están se mejora su coeficiente intelectual con una subida de casi 10 puntos.

En su estudio con ratones, los han estimulado trasladándolos a jaulas más grandes con más estímulos como resultado se ha observado una mejora en su estructura cerebral con un crecimiento de los árboles dendríticos y los contactos entre neuronas.

A partir de la modificación ambiental, de la creación de entornos inteligentes se han observado cambios en la plasticidad cerebral.