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¿Qué es la Arcilla?

La arcilla que se encuentra en todas las latitudes, son silicatos con una larga serie de elementos, éstos minerales se extraen de yacimientos excavados y se secan al sol.

Las arcillas tienen coloraciones diversas, blanco, rojo, verde, amarillo, gris, el color lo confieren los elementos que contiene, por ejemplo el hierro y su estado químico.

Así la arcilla verde contiene hierro bivalente muy asimilable por el organismo.

Entre las arcillas que se usan habitualmente se distinguen dos series de sustancias: los macroelementos o sales minerales constituidas de una alta proporción de sílice, aluminio, titanio, hierro, calcio, magnesio, sodio y potasio y los microelementos también llamados oligoelementos, oro, plata, cobre, mercurio, estaño, selenio, etc.

Son los metales que no se encuentran en ninguna otra sustancia en la naturaleza en esas cantidades trazas los que confieren a la arcilla las múltiples propiedades terapéuticas que posee. Por ejemplo, algunos de los metales que contiene la arcilla, oro, plata, cobre, plomo, etc. ingeridos en dosis ponderales o dosis altas son tóxicos para el organismo pero ingeridos en dosis muy pequeñas son terapéuticos, similar al principio de la homeopatía. Es interesante saber que los metales trazas que contienen las arcillas y que pudieran absorberse a nivel intestinal son cantidades insignificantes y la mayoría se expulsan por las heces sin producir trastornos, siempre que se tomen en las cantidades indicadas.

Curiosamente la arcilla tiene una particular estructura, es tetraédrica, como las pirámides, permite una gran acumulación de energía y cuando se expone al sol, se carga de energía solar que posteriormente beneficia al organismo cuando la aplicamos. Sus cualidades plásticas frenan y combaten el envejecimiento y la esclerosis ya que detiene los procesos patológicos que conducen al envejecimiento de los tejidos, favoreciendo gracias a sus oligoelementos el sistema inmune, se utiliza tanto internamente como externamente en baños, cataplasmas y productos cosméticos.

Preparación de la Arcilla para uso Externo o Cataplasma

Se añade a un poco de agua tibia, arcilla en polvo y aceite virgen extra prensado en frio, mezclar bien

hasta obtener una pasta con la textura deseada.

La mezcla obtenida se aplica como cataplasma en la zona o zonas del cuerpo deseadas, espalda, cervicales, rodillas, codos, manos, cabello, rostro, etc. 

Aplique sobre la piel y cubra con un paño, se deja reposar de 30 minutos a unas horas, según el caso.

Usos de la Cataplasma

Dolores reumáticos, articulares y cervicales, huesos frágiles o rotos ya que mejora la curación, uñas frágiles, caída del cabello, osteoporosis, dermatitis, acné, forúnculos, heridas, quemaduras, hematomas, cuidado de la piel, detox, etc.

Preparación de la Arcilla para Uso Interno

Se añade a un vaso de agua templada, una cucharadita pequeña de arcilla activada o ventilada para uso interno, mezcle bien y deje decantar durante unos 5 minutos. Se bebe el agua turbia arcillosa, dejando el poso del fondo del vaso. Tradicionalmente se hacían curas de arcilla una o dos veces al año.

Tradicionalmente se a usado en caso de debilidad, depresión, carencias de sales minerales y oligoelementos, estrés, desequilibrio general, carencia de hierro, infamación gástrica, intoxicación por alimentos u otros, etc.

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