Beneficios de la Acidez de la Miel como Antibacteriano

La miel, producto de la apicultura, de efecto calmante y cicatrizante es también un buen antibacteriano, la ciencia nos ha desvelado por qué se ha utilizado tradicionalmente durante miles de años entre otros en casos de amigdalitis y faringoamigdalitis, se debe a la acción del peróxido de hidrógeno producido bajo la acción de la glucosa-oxidasa.

Una de las principales características de la miel es su acidez; la miel tiene un pH de entre 3,2 y 4,5.

Este pH se considera suficiente para inhibir gran cantidad de patógenos, que requieren de un pH de entre 7,2 y 7,4 para poder desarrollarse.

Podría decirse que la mayor responsable de la actividad antibacteriana de la miel es el peróxido de hidrógeno.

Las abejas secretan la glucosa oxydasa gracias a una glándula hypofaringea que hace que el néctar se transforme en miel.  Así la glucosa oxydasa junto con la glucosa, el agua y el oxígeno producen ácido glucónico más peróxido de hidrógeno.

Los responsables de la buena conservación de la miel son tanto el ácido glucónico como el peróxido de hidrógeno, que incrementan la acidez de la miel y la vuelven desfavorable al desarrollo de colonias bacterianas.

¿Qué es el peróxido de hidrógeno?

El peróxido de hidrógeno es un agente anti-microbiano muy eficiente siempre que sus concentraciones sean lo suficientemente elevadas.

El peróxido de hidrógeno es un fantástico estímulo para la multiplicación celular, así como de la respuesta a la evolución de la inflamación.

Además estimula el crecimiento de fibroblastos y de células epiteliales que van a participar en la reparación tisular, estimulando el desarrollo de una neurovascularización del tejido cicatrical.

¿Qué es el ácido glucónico?

El ácido glucónico es un ácido orgánico que aparece en la naturaleza a partir de la glucosa mediante fermentación oxidativa causada por las enzimas de ciertas bacterias y mohos, Acetobacter, Aspergillys y Botrytis cinerea.

La miel es muy rica en otro tipo de sustancias como las enzimas producidas por las abejas todavía grandes desconocidas, otros factores anti-bacterianos son producidos por diferentes tipos de bioflavonoides como la pinocembrina.

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