Aditivo E200 o Ácido Sórbico El Fungicida de los Alimentos

El ácido sórbico o ácido 2,4-hexadienoico es una sal que aparece en las etiquetas como E-200 según El Codex Alimetarius, es un conservante natural que se obtiene del fruto del Sorbus aucuparia (Mountain ash tree) también llamado serbal de los cazadores, azarollo o jerbo.

El ácido sórbico o E-200 es una sustancia que se disuelve tanto en grasas como en agua, es decir es tanto liposolube como hidrosoluble.

No tiene sabor y pierde parte de sus efectos cuando se somete a altas temperaturas como los horneados o hervidos. 

Esta es la razón por la que la industria alimenticia lo utiliza en la elaboración de verduras fermentadas, zumos de frutas, ensaladas preparadas, vinos y sidras, vinagre, margarinas, productos lácteos (yogures, quesos), pizzas precocinadas, mariscos, limonadas industriales, sopas precocinadas, pastelería, suplementos dietéticos, etc...

El ácido sórbico también se utiliza en combinación con el ácido benzoico (E210)

¿Cómo Actúa el Ácido Sórbico?

Es un fungicida conserva los alimentos porque actúa contra los hongos y las levaduras, aunque su actividad no controla el crecimiento bacteriano, su pH es de 6,5 ligeramente ácido.

¿Es Tóxico el Ácido Sórbico?

La información sobre este aditivo es contradictoria, mientras que algunas fuentes lo consideran inocuo, otros recomiendan evitar este conservante especialmente si se padece alguna enfermedad degenerativa crónica: enfermedades y desequilibrios de la piel como psoriasis, dermatitis, eczemas, acné, foliculitis,...; cáncer, enfermedades autoinmunes, crohn, estreñimiento, úlceras, etc.; De hecho comienzan a asociarse algunas reacciones alérgicas posiblemente relacionadas a este aditivo.

Al parecer esta sal el ácido sórbico y los sorbatos en general, producen daños a nivel de la flora intestinal, lo que puede resultar en dolores intestinales, estreñimiento, alergias y dolores de cabeza son algunos de los síntomas, tiene sentido ya que como hemos visto antes el producto actúa sobre hongos y levaduras y pudiera desequilibrar nuestra flora, si tenemos en cuenta que cada vez más consumimos platos precocinados y con conservantes, las cantidades ingeridas deben haberse elevado en las últimas décadas.