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La luz que reciben nuestros ojos, es necesaria para una obtener una visión correcta, no obstante también puede ser perjudicial dependiendo de su naturaleza y de las distintas frecuencias vibratorias que pueden alterar las delicadas estructuras orgánicas que conforman el sistema ocular.

Determinados tejidos tanto en vegetales como en animales están dotados de mecanismos bioquímicos concretos, normalmente pigmentos, que absorben las radiaciones excesivas o perjudiciales evitando el deterioro de otras células o tejidos. 

Es especialmente importante la acción de algunos de estos pigmentos a la hora de proteger los tejidos oculares manteniéndolos con la estructura y funcionalidad necesaria para permitir la visión.

Mecanismo de la Visión

El mecanismo de visión es muy complejo y delicado. En nuestros ojos la agudeza visual depende de una pequeña zona en el centro de la retina llamada mácula.

La mácula ocupa una región extremadamente pequeña, menos de 1 mm al cuadrado, no obstante ha sido diseñada para ver detalladamente y con mucha precisión. 

La zona central de la mácula tiene únicamente 0,4 mm de diámetro y se la llama fóvea, es en esta región macular que los vasos sanguíneos y las células que conforman el tejido de la retina están muy separadas para permitir que la luz pueda atravesarla y llegue directamente a los conos, de este modo conseguimos la tan extraordinaria percepción visual, pero es precisamente ésta también una zona extraordinariamente sensible a la degeneración y la oxidación. La protección de los ojos es vital si estos han de exponerse a rayos solares intensos, rayos X, rayos infrarrojos, pantallas de ordenador, pantallas de videoconsolas, tablets, teléfonos etc.

Controlar el tiempo de exposición y una protección tanto física como biológica es fundamental para proteger el buen funcionamiento de este órgano.

La Radiación Solar y los Ojos

Los daños causados a los tejidos son producidos más por los rayos UVB que por los rayos UVA, pero además la exposición a los rayos UVC y a las radiaciones visibles puede ser peligrosa en algunos casos. 

Sabemos que según la estación del año y la hora del día, pueden llegar a la Tierra 10 veces más cantidad de luz UVA, nos referimos al medio día. La capa de ozono absorbe los rayos UVC, que también pueden producirse en las lámparas germicidas y de arco de mercurio.

La Reflexión de la Luz en el Ojo

Otra agresión al ojo puede producirse por la reflexión, se trata del fenómeno con el que aumenta la cantidad de luz que nos llega a los ojos, luz directa e indirecta a la vez, por ejemplo la nieve puede reflejar un 70 a 90% de los rayos solares, esta proporción es similar cuando se trata de superficies blancas o brillantes.

La arena blanca puede reflejar un 25% aproximadamente de radiación.

El agua también refleja considerablemente la luz solar.

Daño Macular y Deterioro de la Visión

Son varios los factores que intervienen en el deterioro de la visión como la edad, el envejecimiento, la exposición a la luz tanto natural como artificial......

La mácula y la retina sufren cambios degenerativos y oxidativos que pueden desencadenar en degeneración macular senil también llamada DMS o cataratas, es decir, opacidad del cristalino, ambas situaciones producen disminución de la visión e incluso conducir a la ceguera.

¿Qué es DMS?

Es el acrónimo de degeneración macular senil, una atrofia o degeneración de la mácula que conlleva una considerable disminución o pérdida de visión.

La DMS afecta a más de 750.000 personas en España, al parecer un 17,3% de los casos están diagnosticados, los especialistas estiman que se irá triplicando esta cifra a medida que la población vaya envejeciendo.

En el caso de la atrofia, se produce una alteración de los pigmentos que protegen la retina y la mácula, sin embargo, no se observa, como consecuencia del deterioro, la formación de tejido cicatrical, ya que casi no se producen hemorragias ni exudación de los tejidos en la zona macular.

Esta es una diferencia con la DMS en la que hay degeneración y se crea una deformación con elevación del tejido debido a la exudación en el área o disco macular, área que se aprecia rodeada de hemorragia retiniana.

Con el tiempo esta exudación genera una cicatriz, en ambos casos la mácula queda alterada y con ello su función de asegurar el paso de la luz y la mayor agudeza visual, tal como se explicaba más arriba.

La DMS afecta por igual a ambos sexos y a los dos ojos simultáneamente de ahí su gravedad.

La formación de cataratas implica la opacidad paulatina del cristalino, la visión se va debilitando hasta la ceguera. Las cataratas pueden formarse tanto en personas jóvenes como en adultos y asociarse a otras complicaciones como glaucoma, aumento de la presión intraocular y al dolor.

Todos estos desequilibrios que afectan gravemente a la visión, están relacionados con determinados factores como la necesidad de un riego sanguíneo adecuado que aporte hidratación y nutrición con la presencia en la zona ocular de pigmentos, nutrientes protectores y antioxidantes en cantidades suficientes.

El buen estado de los vasos sanguíneos es vital para nutrir al ojo por esto el tabaquismo al igual que otras enfermedades pueden afectar al estado de los tejidos y vasos del ojo, como en el caso de la arteriosclerosis con el endurecimiento vascular  que produce roturas y pequeñas hemorragias en la zona macular además de un escaso riego sanguíneo; la hipertensión, la diabetes por las complicaciones de tipo circulatorio, la exposición a rayos luminosos potentes y dañinos, el uso de corticoides sistémicos o inhalados, etc.

Un aporte nutricional insuficiente de antioxidantes y pigmentos puede estar poniendo en peligro nuestra visión.

¿Como Puede Protegerse la Mácula y la Retina?

Son dos carotenoides en especial, la zeaxantina y la luteína los que han sido relacionados con la protección nutricional frente a procesos degenerativos y oxidativos en la retina que es donde se encuentran en una alta concentración y en mayor cantidad en la mácula y la fóvea.

De acuerdo con los estudios de la American Macular Degeneration Foundation, la zeaxantina es el componente principal con hasta un 75% del total de la zona central de la mácula, mientras que en la retina periférica, es la luteína la que se encuentra en mayor cantidad, incluso por encima del 67%.

Ha quedado demostrado que el aporte dietético con 10 mg. de luteína pura y libre (químicamente similar a la que se encuentra en los ojos) y 400 ug. de zeaxantina aumentan la presencia de los carotenoides mencionados en la mácula y una mejoría de la salud visual. Además existe una relación directa entre la proporción de estos pigmentos carotenoides en la mácula y la disminución de riesgo de padecer DMS al evitar la degeneración y el daño oxidativo de los tejidos. Investigadores dela Universidad de Ohio trabajaron con cultivos celulares humanos de cristalino que trataron con luteína, zeaxantina y vitamina E.  Ambas las células tratadas y no tratadas fueron sometidas a radiación UVB durante 10 segundos en distintas ocasiones.

Al comparar el daño celular se obtuvieron los siguientes resultados: las células tratadas con luteína y zeaxantina mostraron un daño celular entre 50 y 60% menor que las células no tratadas. Las tratadas con vitamina E mostraron un reducción del daño celular de entre un 25 y un 32% menos que las células sin tratar. Estos resultados demuestran una mayor potencia protectora de la luteína y la zeaxantina que la vitamina E.

Hay que recordar que la toma de luteína ha de ser continuada ya que la mácula es muy lenta.

Protección de la Vascularización del Ojo

Se ha demostrado la conexión existente entre la degeneración de los tejidos en el ojo como la retina, mácula y el cristalino y un estado saludable  de los vasos sanguíneos que llegan a la zona.

El endurecimiento o pérdida de flexibilidad de los vasos tal y como ocurre en la arteriosclerosis es un factor de riesgo que puede provocar que los vasos se lesionen y rompan fácilmente creando exudados y hemorragias que generen una disminución o pérdida de la visión.

Todas las situaciones consideradas factores de riesgo para padecer arteriosclerosis: hipertensión, tabaquismo, tasas elevadas de lípidos en el suero sanguíneo, diabetes, obesidad..., deben tomarse en cuenta, con alta incidencia especialmente en occidente, por su posible capacidad de producir alteraciones visuales.

Para la necesaria protección de los vasos y la circulación sanguínea de la mácula y la retina hay que tener en cuenta los extractos estandarizados de mírtilo, zarzamora y semilla de uva entre otros por su poder antioxidante y porque mejoran la cantidad de vitamina C intracelular. Estos frutos contienen dosis elevadas de antocianidinas o antocianos de alta biodisponibilidad entre otros principios activos, su alta solubilidad tanto en medio acuoso como lípido asegura su efecto antioxidante en el organismo.

El Extracto de Mírtilo en la Visión

Por su potente acción antiinflamatoria, antioxidante y antihemorrágica, capaz de proteger los tejidos de la retina y la mácula de la degeneración y la atrofia.

Por su acción vitamínica P, de acción vasoprotectora que incrementa la resistencia capilar, controla la permeabilidad de los capilares, mejora la microcirculación y favorece la regeneración de los pigmentos retinianos y maculares, regenerando la microcirculación y favoreciendo la regeneración de los pigmentos retinianos y maculares, con lo cual regenera la capa vascular de la retina, aumenta la agudeza visual, mejora tanto la visión nocturna y la diurna.

El Extracto de Zarzamora en la Visión

Por su contenido en antocianidinas también ejerce una función protectora, pero además aporta vitamina C que es un potente antioxidante.

El Extracto de Uva en la Visión

Presenta acción vitamínia P, fortalece la fragilidad capilar y el estado de los vasos sanguíneos en general, su acción antioxidante es positiva para prevenir fatiga visual, cataratas y DMS