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Asperger Qué Características Tiene el Niño Neuroatípico

El síndrome de Asperger es una condición neurobiológica (neurotransmisores) que se da tanto en niños como en adultos, idetntificada en 1944 por el Dr. Hans Asperger. A veces el síndrome de Asperger puede causar dislexia ó ADS (síndrome de déficit de atención).

Hoy en día el síndrome de Asperger suele diagnosticarse entre los 6 y los 9 años; pero desde los 18 meses a los 3 años pueden identificarse ciertos síntomas bastante claros:

Los niños con Asperger no hacen contacto visual ó les cuesta mantener el contacto visual, evitándolo cuando comunican con alguien.
Su expresión facial es peculiar.
Tienen una pobre coordinación motora, presentan posturas rígidas, cierta inestabilidad en el andar, no entienden el lenguaje corporal.
Son repetitivos en sus tareas diarias, se disgustan con los cambios de rutina, los ruidos, las multitudes, sensibles a las texturas.
Tienen una personalidad escéntrica y falta de habilidades sociales, de empatía, rigidez mental.
A la hora de hablar, son monótonos, rígidos, pueden expresarse muy deprisa, ó muy alto, ó sin tono.
No saben interpretar el mensaje, lo entienden todo literalmente, no comprenden el sarcasmo, repiten las palabras.
Tienen una excelente memoria, se obsesionan con algún tema de su interés hasta tal punto que son capaces de hacerse conocedores de todos los detalles del tema en cuestión, lo que les hace brillantes en sus carreras si eligen el tema de su interés, pero no son muy buenos a la hora de sacar conclusiones propias.
No son buenos a la hora de escuchar a otros, hablan sin parar del tema que les apasiona ya que no saben interpretar la respuesta gestual de su interlocutor, realizan comentarios inapropiados.
Cuando son pequeños no responden muy bien a las llamadas por su nombre.
Les cuesta seguir la norma que no está escrita.
Los estudiantes Asperger son especialmente vulnerables al acoso escolar (son los raros de la clase) ya que su apariencia física y su coeficiente intelectual son normales. El niño Asperger puede sufrir durante años desde que comienza la escuela, agravándose en la secundaria obligatoria, la burla, el desprecio y la exclusión social tanto de compañeros como del profesional escolar que normalmente desconoce esta condición, por lo que mal interpreta la reacción del niño.